En Villa Carmela todos ven cómo sus pesadillas se materializan cada vez que llueve sobre la ruta provincial 315. La vía atraviesa una decena de barrios y fincas hasta llegar al comienzo de Tafí Viejo. Cuando el río Muerto se desborda, nadie se escapa.
Los vecinos comentaron que, además de padecer inundaciones en sus hogares, la ruta termina anegada cada vez que llueve. “Alejandro Martínez (intendente entre los períodos 1990-1994 y 1999-2003) había levantado un paredón para detener la crecida del río, pero eso sólo sirvió para que atenuar la situación en las casas. La ruta sigue inundándose”, comentó Sergio Robledo, quien atiende un almacén en el barrio San Antonio de Padua. Juan Gambarte perdió la vida en esa zona el jueves a la mañana, cuando lo arrastró la correntada del canal que corre paralelo al camino.
La casa de Angelina Herrera se encuentra a unos metros del lugar del accidente. “Cuando llueve fuerte comienza a desbordarse y no se puede circular. A veces vienen los municipales, pero no hay nada que te indique que acá se inunda”, relató.
En el barrio, hay quienes -como Pascual Batista- sostienen que la tragedia pudo haberse evitado. “Si hubiera una buena canalización sobre la ruta, esto no pasaba”, afirmó. Aurora Casares reside allí desde hace 25 años y subraya que los políticos están ausente en el momento de brindar soluciones: “es un barrio olvidado, nadie hizo nada por él. En la época del voto están todos pero después de las elecciones no aparecen más por San Antonio de Padua”, añadió. La vecina también considera que la tragedia pudo haberse evitado. “Lo que pasa es que no está señalizado el lugar. La gente que no conoce de sorpresa se topa con ese mar que se forma”, relató.
Otro barrio que padece la crecida del río es el San Javier, donde vivía Gambarte. Gastón Brandán, vecino de la calle Las Tipas, comentó que el agua desciende como catarata cada vez que crece el río. “Comienza a bajar y después se eleva hasta llegar a la vereda”, narró. También criticó el estado del canal que acompaña a la ruta 315. “Tendrían que vallarlo para que nadie se caiga, como en el canal del Camino del Perú. El intendente, el delegado o alguien tendría que hacer algo”, enfatizó.
Su vecino Ismael Maruan lamentó la falta de señalización: “siempre dicen que van a hacerlo, pero nunca se ven obras ahí. Tendrían que construir un verdadero canal de cemento”.
No se necesita lluvia
María González vive en el barrio Islas Malvinas y sostiene que no se necesita lluvia para que la ruta sea un verdadero calvario. “Está hecha pedazos. Si vas manejando tenés que ir cambiando de carril para esquivar los pozos porque sino se te rompe el auto”, comentó.
Cruzar la ruta para tomar el ómnibus, se transformó en una aventura. “No hay un refugio ni un cartel que te digan que el colectivo para en ese lugar -apuntó-. Además entre la zanja y la ruta hay un metro, si hacés un paso para atrás, te caes”.
“Es lo único que podemos hacer”
El subsecretario de Obras Públicas de la Provincia, Fernando Baratelli, señaló que en el corto plazo no se pueden realizar trabajos para contener las inundaciones. “Estamos afianzando lo que hicimos durante el año. El encauzamiento de ríos y limpieza de canales. Es lo único que podemos hacer, el resto requiere de inversiones muy grandes”, enfatizó.